Sucede que el tiempo nos recuerda nuestra presencia en un mundo añejo, apático y sin olor. Sucede que hay un mundo interior mayor, que tu visión es interna y las sombras son acogedoras… Los objetos hablan, lo marchito tiene profunda estética y lo importante puede esperar. Esta sensación no caduca; al contrario, es parte de un duelo el cual te recuerda que la vida ya cambió, que la realidad no existe y que lo intrascendente parece hoy un abrazo al corazón. La soledad ayuda. Finalmente estar acompañado irrita e inquieta… pero no deseas morir, simplemente estas transitando un pasillo profundo y genuino donde el sentir te lo permites y al permitirte sentir duele… No hay que preocuparse de ello, sólo estás transitando un Agrio Tiempo. Agrio Tiempo es un proyecto que tuvo inicio sin pretender definirse a sí mismo… simplemente comenzó. En él hablo de lo que soy y de lo que siento, de lo que vivo y de lo que quiero. No busca sorprender, deseo hacer sentir. Sentir ausencia, sentir melancolía, abandono y prisa… Sentir vida y sentir muerte. Sentir olvido y sentir gloria. Sentir frío, sentir sueño, sentir… Las imágenes pretenden llevarte en esta dirección: muebles en abandono, viejos en reflexión, pájaros disecados, flores marchitas,… atmósferas sombrías, ambientes decrépitos, luces que no iluminan. El Agrio Tiempo hay que vivirlo hasta el último aliento… para saber que también existe y no querer regresar a él.